La Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica ha publicado nuevas pautas para el uso de cannabinoides del cannabis en adultos con cáncer. Se basan en los conocimientos científicos actuales sobre la posibilidad de incluir cáñamo y extractos de cáñamo en la terapia oncológica. Veamos algunas de las cuestiones cubiertas en las directrices de la ASCO.
Cáñamo medicinal y extractos de cáñamo en oncología – directrices
El 13 de marzo de 2024, la ASCO (Sociedad Estadounidense de Oncología Clínica) publicó pautas para el uso de cannabis y cannabinoides aislados de cannabis en adultos con cáncer.
Las directrices fueron desarrolladas por científicos y oncólogos basándose en datos recopilados en una revisión sistemática de la literatura científica en varias etapas. El análisis de la literatura tuvo en cuenta tanto los cannabinoides sintéticos, los extractos que contienen cannabinoides de cáñamo individuales o sus combinaciones, así como los productos de cáñamo de espectro completo, incluido el cáñamo seco medicinal.
Las directrices de la ASCO analizan la evidencia científica sobre la eficacia del cáñamo como:
- terapia contra el cáncer
- métodos para controlar los síntomas del cáncer
- efectos secundarios del tratamiento del cáncer.
Según los autores de las directrices, con el estado actual de los conocimientos científicos, el uso de cannabis y cannabinoides en el tratamiento oncológico no debería ir más allá del tratamiento de los vómitos y las náuseas después de la quimioterapia según los regímenes ya aceptados y de algunas otras dolencias que acompañan al cáncer y sus tratamiento convencional.
Según los autores de las directrices, actualmente no hay evidencia científica suficiente de que el cannabis trate el cáncer y no debe tratarse como una forma de terapia independiente, a menos que implique la participación del paciente en un ensayo clínico. Los investigadores enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones sobre el cáñamo y/o los cannabinoides.
Directrices de la ASCO: cannabis en oncología, preguntas y respuestas
Debido al gran interés en las pautas, ASCO también ha publicado una sección de preguntas y respuestas , que contiene respuestas a varias preguntas para ayudar a los médicos a educar a los pacientes y ayudarlos a mantenerse seguros cuando consumen cannabis por su cuenta.
Pregunta 1: ¿No deberían los médicos hablar con pacientes adultos con cáncer sobre el cannabis medicinal?
Según los autores de las directrices, es todo lo contrario: en cada entrevista médica se debe plantear la pregunta sobre el uso de productos de cáñamo. Los datos sugieren que entre el 20% y el 40% de las personas con cáncer en Estados Unidos consumen cannabis.
Por lo tanto, es muy importante mantenerse al día con las dosis de cannabinoides que toman los pacientes que inician una terapia anticancerígena convencional. Las pautas completas incluyen sugerencias para realizar un historial de consumo de cannabis y/o cannabinoides.
Pregunta 2: ¿Existe algún riesgo por el consumo de cannabis con THC por parte de pacientes oncológicos?
Las directrices dicen que los efectos secundarios de los productos a base de tetrahidrocannabinol (THC) incluyen mareos, confusión leve, sequedad de boca y fatiga. Los efectos secundarios más graves incluyen caídas de la presión arterial al cambiar de posición corporal (hipotensión ortostática), confusión grave y altos niveles de ansiedad.
Los autores señalan que estos efectos secundarios pueden ser peligrosos para las personas mayores, debilitadas por enfermedades y para aquellos que no tienen una tolerancia desarrollada al THC.
Pregunta 3: ¿El método de administración afecta los efectos del cannabis con THC?
Los autores responden afirmativamente. Los efectos de los productos de cáñamo con THC quemados o vaporizados ocurren en segundos/minutos y duran de 2 a 3 horas. Esto también se aplica al efecto precoactivo. A su vez, en el caso de la administración oral, el tiempo de espera para que aparezcan los efectos se amplía a 30 minutos - 2 horas, pudiendo durar el efecto hasta 5-8 horas.
Estas diferencias pueden ser importantes para la velocidad y el grado de alivio de los síntomas de la enfermedad, así como para el bienestar y la seguridad de los usuarios. Los adultos con cáncer que utilizan productos orales de cannabis por primera vez deben tener en cuenta que el tiempo de espera para obtener el efecto puede ser más prolongado y abstenerse de tomar dosis posteriores demasiado rápido.
Pregunta 4: ¿El cannabis y los cannabinoides interactúan con los medicamentos y terapias estándar contra el cáncer?
La respuesta de la ASCO afirma que sí, pueden ocurrir interacciones entre medicamentos y cannabis en la terapia contra el cáncer.
Los datos de observación preliminares sugieren que los resultados clínicos pueden empeorar en personas que reciben simultáneamente inmunoterapia y consumen grandes cantidades de cannabis (la inmunoterapia es una terapia que utiliza el sistema inmunológico del cuerpo para estimular, regular o mejorar las respuestas inmunes del cuerpo para combatir el cáncer u otras enfermedades). .
Grandes estudios en humanos sugieren que los cannabinoides del cáñamo modulan el sistema inmunológico y, por lo tanto, pueden empeorar los resultados de la inmunoterapia que pretende lograr un objetivo similar actuando de una manera diferente.
Además, pueden producirse aumentos reversibles de las enzimas hepáticas con el uso de productos que contienen CBD si se utilizan en dosis diarias de 300 mg o más. Por lo tanto, los médicos deben preguntar específicamente a los adultos con cáncer sobre el uso de CBD e informarles sobre estos riesgos potenciales, especialmente cuando la terapia contra el cáncer está asociada con hepatotoxicidad (la posibilidad de disfunción o daño hepático).
Pregunta 5: ¿Debería utilizarse el cannabis para tratar el cáncer?
Según las directrices, todavía no, actualmente no hay datos científicos suficientes para confirmar su eficacia como forma separada de terapia contra el cáncer en humanos. Por lo tanto, actualmente el cannabis debería utilizarse en oncología únicamente como medio para aliviar algunos de los síntomas asociados con el tratamiento oncológico estándar.
Los autores de las directrices de la ASCO enfatizan que su posición se refiere al estado actual del conocimiento científico y puede cambiar debido a nueva evidencia. La recomendación básica para los médicos es estar abiertos a hablar sobre el uso independiente de cannabinoides por parte de los pacientes, no juzgar ni comunicar honestamente los riesgos potenciales, y controlar constantemente las dosis y los tipos de productos de cáñamo que toman los pacientes. Todo esto debería contribuir a una mayor seguridad de la terapia oncológica.